miércoles, 21 de diciembre de 2016

Resumen del ajedrez cubano 2016 (II): Leinier salvó la fiesta en la Olimpiada Mundial



Escrito por Jesús E. Muñoz Machín

Aunque la medalla de plata de Leinier Domínguez en el primer tablero llenó de alegrías a la familia del juego ciencia cubano, de manera general Cuba no obtuvo buenos dividendos en la Olimpiada Mundial, disputada en Bakú, capital de Azerbaiyán, del 1 al 14 de septiembre.

El mejor trebejista de Latinoamérica volvió a demostrar que es un atleta competitivo y, sobre todo, muy estable. La presea del mayabequense hizo que el equipo masculino de Cuba repitiera en el podio por segunda versión consecutiva, esta vez con el valor añadido de que no se obtenía un lauro en la mesa principal desde Buenos Aires 1939, por intermedio del genial José Raúl Capablanca.

Sin embargo, y contrario a lo que había sucedido en las últimas dos ediciones, el mejor elenco cubano en la cita de 2016 fue el integrado por mujeres. Las antillanas fueron de menos a más y protagonizaron una actuación meritoria, aunque aún lejos de los mejores desempeños.

El inicio se ajustó a los vaticinios con victorias ante El Salvador y Argelia, Colombia, Dinamarca, España, Turkmenistán y Croacia, los tres últimos en las jornadas de cierre del certamen. Además escenificaron una igualdad ante Rumanía, quizás el resultado más interesante de las discípulas de Lázaro Bueno, pues las magiares parecían un escollo difícil de sortear.

Las criollas salieron derrotadas ante la asequible Lituania y la potente Polonia, pero el revés más doloroso fue frente a la conocida representación de Ecuador, que incluso presentó en su nómina a una trebejista formada en la Isla.

El puesto 18 en la tabla de posiciones no provocó mucha alegría en la afición, sin embargo, no faltaron especialistas que elogiaron el resultado. Obviamente el lugar ocupado mejora con creces el escaño 30 de la anterior versión y en lo individual hubo una valiosa actuación de la veterana Maritza Arribas.

La santiaguera finalizó invicta con 6,5 unidades y saldo de tres éxitos y siete armisticios. Además adicionó 19,2 tantos a su Elo actual. Siempre en la primera mesa, Arribas enfrentó a cuatro MI sin distinción de sexo y en todos los casos alcanzó la paridad.

La otra con números que pueden ser resaltados fue Lisandra Llaudy, la de más aporte con siete anotaciones en una decena de cotejos e incremento de 7,8 rayas. Llaudy jugó bien agresiva al punto de lograr seis sonrisas, dos tablas e igual cantidad de fracasos. Por cierto, la holguinera ocupó el sitial 16 entre las defensoras de la cuarta mesa.

Oleiny Linares, por su parte, logro seis cartones en 10 partidas, pero tal vez debió ser más ambiciosa ante rivales de poco nivel. Las notas negativas corrieron a cargo de la curtida Yaniet Marrero, otra vez con una actuación por debajo de su calidad, así como la debutante Yuleisy Hernández.

La tunera apenas alcanzó 3,5 de ocho posibles, similar a lo que obtuvo hace dos años cuando acumuló cuatro en nueve rondas jugadas. En Tromso cedió 32,8 puntos y en Bakú 31,8. Hernández, entretanto, terminó con 2,5 tantos en seis presentaciones y pérdida de 21,8 en su coeficiente personal.

Presea de Lenier maquilló el desempeño

De Leinier ya hablamos encomiásticamente al inicio de este texto y en otros. El cubao logró medalla de plata con acumulado de 7,5 puntos en 10 cotejos y rating performance de 2839. ¡Excelente actuación!

Pero hablemos del resto del grupo, del cual los otros maestros con desempeños meritorios fueron Isán Ortiz y Yuniesky Quesada.

El primero volvió a exhibir su calidad en el cuarto asiento con 6,5 rayas en 10 cotejos, resultado que le permitió sumar 3,3 anotaciones a su Elo. Sin llegar a la excelencia de 2014, en la ciudad noruega de Tromso cuando obtuvo plata, Ortiz mostró solidez.

Una incursión aceptable tuvo Quesada, quien mejoró con respecto a la justa anterior al sumar 6,5 cartones en una decena de presentaciones y añadir 2,3 rayas a su coeficiente. Mientras tanto, las actuaciones negativas del conjunto antillano estuvieron a cargo de Lázaro Bruzón como segundo hombre y el habanero Yuri González, quien no pudo hacerse justicia como suplente.

El tunero, venido a menos en este 2016, apenas aportó 4,5 de nueve, con pérdida de 8,4 unidades en su Elo, mientras que el citadino González finalizó con 2,5 en cinco jornadas, con lo que dejó 7,5 puntos en el camino.

En resumen, la Olimpiada Mundial de Ajedrez de Bakú fue un escenario agridulce, donde el juego ciencia cubano celebró una medalla de plata individual, pero dejó mucho que desear en el orden colectivo. Sin dudas, Leinier salvó la fiesta, pero el son sonó algo desafinado en Bakú.

Tomado de: http://www.radiococo.icrt.cu/noticias/deportes/resumen-del-ajedrez-cubano-2016-ii-leinier-salvo-la-fiesta-la-olimpiada-mundial/

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