Escrito por Jesús E. Muñoz Machín
El juego ciencia cubano vivió un 2016 halagüeño. Los trebejistas de La Isla se hicieron sentir en varios torneos de Latinoamérica y Europa. Pero un jugador volvió a sobresalir por su talento, dedicación y, sobre todo, constancia: Leinier Domínguez Pérez.
El Ídolo de Güines fue de menos a más, tras un comienzo de año discreto, con actuaciones irregulares en la Liga Rusa por Equipos y el Memorial Capablanca, certámenes en los cuáles cedió 9 y 10 puntos, respectivamente.
En la lid rusa pudo, al menos, saborear el triunfo por colectivos con el San Petersburgo, flamante campeón de la justa. Por el contrario, el torneo habanero fue negativo en todos los órdenes, pues Domínguez solo logró nueve tablas y una derrota, resultado que lo situó penúltimo en el Grupo Élite.
Por cierto, tras el Capablanca, el antillano mostraba su Elo más discreto del último lustro con dos mil 713 unidades, algo que no ocurría desde noviembre de 2011.
Sin embargo, los meses de julio, agosto, septiembre y octubre marcaron el gran momento Leinier en la temporada. Agresividad, exactitud y un repertorio más variado lo llevaron a rubricar buenas actuaciones en Dortmund, Alemania, la Olimpiada Mundial de Ajedrez, en Azerbaiyán y la División de Honor de España.
En tierras teutonas logró excelente desempeño de cuatro cartones en siete presentaciones, ante rivales encumbrados como el estadounidense Fabiano Caruana, el ruso Vladimir Kramnik y el francés Maxime Vachier-Lagrave, este último monarca de la justa.
Luego, en Bakú, se agenció una sonada medalla de plata en el primer tablero con 7,5 puntos en 10 cotejos y rating performance de 2839, solo superado por el georgiano Baadur Jobava, cuyo desempeño le valió el oro con coeficiente de 2926 y ocho tantos en 10 partidas. El bronce fue para el estadounidense Fabiano Caruana.
El lauro alcanzado por Leinier lo confirma como el mejor trebejista de la Isla en el nuevo siglo y tal vez solo superado en la historia por el mítico José Raúl Capablanca, único en agenciarse un oro en la primera mesa, actuación realizada en Buenos Aires 1939.
La presea de Leinier es la cuarta para los hombres de Cuba. En lista 1998 Reynaldo Vera se ubicó en la cúspide del tercer asiento y en 2014 Isán Ortiz fue sublíder como cuarto. Además, Domínguez finalizó invicto por tercera vez en nueve participaciones olímpicas consecutivas y sumó 15,6 unidades a su Elo.
Pero Leinier Domínguez no dejó de cosechar éxitos en 2016 y a la corona por equipos en Rusia sumó otra de igual índole en la División de Honor ibérica, para convertirse en bicampeón de Europa.
El resultado en suelo español lo consiguió como integrante del club vasco Sestao, en el cual sobresalió con acumulado de cinco victorias y dos tablas, además de adicionar 15,8 rayas a su Elo, desempeño que se hizo oficial en noviembre, cuando llegó a dos mil 752 unidades y ancló en el puesto 17 del mundo.
Sin duda, para inicios de noviembre Leinier atesoraba méritos suficientes para ser elegido como uno de los 10 mejores atletas del año en Cuba, hecho que finalmente se concretó, para beneplácito la familia del juego ciencia en el país.
No obstante, el mayabequense seguiría activo y compitió en el Campeonato Europeo de Clubes con el San Petersburgo. En la justa con sede en Serbia no le fue bien y cedió 13 puntos, para quedar con dos mil 739 al cierre de 2016, o sea, siete rayas más que al comienzo de la temporada.
Mientras la mayoría de los atletas descansan, Leinier prosiguió su accionar en el Campeonato del Mundo de partidas rápidas, disputado en Doha, Catar, del 26 al 30 de diciembre, donde incursionó junto a lo más selecto del ajedrez mundial. El evento, aunque no computa para el Elo convencional, ha ganado en popularidad.
En suelo catarí, Domínguez finalizó décimo en las partidas rápidas (15 minutos) con saldo de 9,5 puntos en 15 rondas, confirmándose entre los mejores del orbe en esa especialidad. Luego, en las partidas Blitz (3 minutos) ancló en el séptimo escaño con 13 unidades en 21 enfrentamientos. Ambos desempeños fueron meritorios y un excelente colofón a la temporada.
Si bien hace algunos años pudiera pensarse que Leinier iba a torneos del primer nivel para foguearse con la élite, ahora es uno de los encumbrados. El cubano, por méritos propios, es uno de los pocos elegidos que puede decir con seguridad que tiene un lugar en el corazón de Caissa, la diosa del ajedrez.
Tomado de: http://www.radiococo.icrt.cu/noticias/deportes/resumen-del-ajedrez-cubano-2016-iii-leinier-dominguez-corazon-caissa/
No hay comentarios:
Publicar un comentario